Hablemos de melatonina
La hormona del sueño, y más!
La melatonina es comúnmente conocida como la "hormona del sueño", aunque técnicamente no es una hormona en el sentido clásico. Se produce en diversos órganos del cuerpo y no tiene un órgano diana único y específico. Su función principal es regular el ciclo sueño-vigilia, aunque también desempeña roles importantes en la salud general gracias a sus propiedades antioxidantes e inmunoestimulantes.
El papel de la melatonina en el sueño:
La melatonina es fundamental para determinar cuándo dormimos y despertamos. Su síntesis está estrechamente relacionada con la exposición a la luz. En condiciones normales, su producción comienza al anochecer, entre las 20 y las 22 horas, y alcanza su pico en la madrugada. Sin embargo, con el paso del tiempo, la producción natural de melatonina disminuye, lo que contribuye a los problemas de sueño en las personas mayores.
El globo ocular juega un papel clave en este proceso. En la retina, la capa más interna del ojo, se encuentran células que contienen melanopsina, un pigmento sensible a la luz azul. Este pigmento regula la secreción de melatonina al detectar la presencia o ausencia de luz.
La luz es el principal regulador de la melatonina. Durante el día, la luz natural suprime su producción, manteniéndonos despiertos y alertas. Por la noche, en ausencia de luz, la melatonina se activa para preparar al cuerpo para el descanso.
Sin embargo, la exposición a la luz artificial, especialmente entre la medianoche y las cuatro de la madrugada, puede inhibir por completo la secreción de melatonina. Esto confunde al cerebro, haciéndole creer que aún es de día y dificultando el inicio del sueño. Por otro lado, la exposición matutina a la luz natural puede adelantar el ciclo de sueño, ayudando a despertar más temprano y a conciliar el sueño en horarios regulares.
Más allá del sueño: otros beneficios de la melatonina:
La melatonina no solo regula el sueño, también tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que protegen las células del cuerpo. Además, actúa como inmunoestimulante, contrarrestando el efecto inmunosupresor del cortisol, la hormona del estrés. Este equilibrio entre melatonina y cortisol es crucial para el reloj biológico: mientras el cortisol alcanza su pico al amanecer para mantenernos despiertos, la melatonina toma protagonismo al anochecer cuando disminuyen los niveles de luz solar.
En estudios experimentales, la melatonina ha mostrado efectos oncostáticos, es decir, podría inhibir el crecimiento de ciertos tumores. En pacientes con cáncer, también se ha asociado a una mejor calidad de vida y una reducción de los efectos secundarios de tratamientos como la quimioterapia.
¿Es necesaria la suplementación con melatonina?
A pesar de su popularidad para tratar el insomnio, la evidencia científica sobre la efectividad de la suplementación con melatonina es limitada. No existen protocolos claros sobre la dosis adecuada o las mejores formulaciones. Además, en la mayoría de los casos, los problemas de sueño pueden manejarse mejor regulando los hábitos de exposición a la luz y manteniendo una correcta higiene del sueño.
Conclusión
La melatonina es una molécula clave para la regulación del ciclo sueño-vigilia y desempeña funciones esenciales en la salud celular, inmunológica y antioxidante. Aunque puede ser útil en ciertos casos, su suplementación no debería ser la primera opción. Cuidar el reloj biológico mediante la exposición adecuada a la luz natural y limitando el uso de dispositivos electrónicos por la noche es la estrategia más efectiva para mantener un sueño reparador y una buena calidad de vida.
En pocas palabras, para cuidar tu salud y aprovechar al máximo los beneficios de la melatonina, basta con sincronizar tu día y tu noche con la luz natural.
Bibliografía secundaria:
Poza JJ, Pujol M, Ortega-Albás JJ, Romero O; Grupo de estudio de insomnio de la Sociedad Española de Sueño (SES). Melatonina en los trastornos de sueño. Neurología. Hospital Universitario Donostia, San Sebastián, España; Hospital Universitario de Santa María, Lleida, España; Hospital General Universitario de Castellón, Castellón, España; Hospital Universitario Vall d'Hebron, Barcelona, España. Recibido: 18 de abril de 2018; Aceptado: 18 de agosto de 2018.